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Un cuento
Érase una vez un hombre llamado Manolo que se acercó a la CNV con la esperanza de que le ayudara a evitar y resolver conflictos.
Dos veces al mes Manolo tiene intercambio de empatía con Ana, quien lleva un par de años más que él practicando la CNV. Un día Manolo le cuenta a Ana que está muy enfadado con su jefa en el trabajo, y que además está frustrado consigo mismo y con la CNV porque ha hablado con la jefa usando los cuatro elementos de la CNV (observación, sentimiento, necesidad y petición) y no le ha servido de nada.
A Ana se le ocurre ofrecer a Manolo un juego de rol sanador: un diálogo en el cual Ana asumiría el papel de la jefa, pero escuchando y hablando desde el corazón, con “orejas de jirafa*”, y Manolo se expresaría tal como saliera, con toda la carga de su rabia.
Manolo acepta, aunque con dudas, ya que le parece imposible que su jefa real pudiera dialogar con él de esa manera. Al entrar en el juego de rol, Manolo expresa su rabia y “la jefa” simplemente le escucha de manera empática, reflejándole de vez en cuando lo que ha entendido o bien los sentimientos y necesidades que ha parecido escuchar detrás de sus palabras.
Al cabo de un rato, Manolo se ha calmado y le entran ganas de entender mejor a su jefa. Se ponen a dialogar, ahora hablando y escuchando los dos mayoritariamente desde el corazón, con curiosidad y apertura. Cada vez que Ana detecta algo de dolor, enfado o intensidad en la manera de expresarse Manolo, vuelve a ofrecerle empatía, aún en su papel de la jefa.
Al acabar el juego de rol, se ha transformado la rabia de Manolo casi por completo. Ahora siente más bien tristeza por la falta de comprensión entre él y la jefa. Aún así, se da cuenta cuando llega al trabajo el día siguiente que no confía de poder tener un diálogo real con ella que les ayudara a entenderse.
En la próxima sesión de empatía con Ana, le comenta que sigue frustrado consigo mismo y con la CNV. Al oírlo, ella le ofrece otro juego de rol sanador, esta vez entre dos voces internas de Manolo. Él da voz a una parte que se dice “Con el tiempo que llevo practicando la CNV, ya debería poder aplicarla en esta situación y así resolverla”. Ana representa otra voz de Manolo que piensa “No puedo, es imposible con una jefa como la mía”.
A medida que avanza el diálogo entre las dos voces, Manolo se va dando cuenta que las dos están intentando cuidarle a su manera, velando por necesidades muy valiosas: coraje, efectividad y paz por un lado, y conciencia, facilidad y confianza por el otro lado. Al final del juego de rol sanador ya no se encuentra atrapado en un bucle, sino que tiene ganas y esperanza de poder encontrar estrategias que atiendan a las necesidades de las dos voces internas. Se da cuenta que le falta claridad sobre cómo hablar con su jefa de una manera que les podría llevar a tener más comprensión y confianza mutua.
Ana, después de comprobar que Manolo está abierto a una sugerencia, le anima a aprovechar la próxima reunión del grupo de práctica de CNV al cual pertenecen los dos para hacer otro tipo de juego de rol: un juego de rol de ensayo. A Manolo le encanta la idea y le escribe un mensaje a la facilitadora para explicarle su situación y preguntarle si está dispuesta a dedicar la próxima sesión a juegos de rol de ensayo. A la facilitadora le gusta la propuesta, y así hacen.
En su juego de rol, Manolo representa a si mismo expresándose y escuchando con el corazón abierto, cosa que ahora puede hacer gracias a haber transformado su rabia y su autocrítica en los juegos de rol sanadores con Ana. Un compañero del grupo toma el papel de la jefa, respondiendo tal como le salga, sin utilizar la CNV para nada, ya que no es un recurso con el cual cuenta la jefa real. Van entrando y saliendo del juego de rol para que Manolo pueda probar varias maneras de interactuar, con feedback del compañero y de la facilitadora del grupo entre toma y toma. Finalizan el juego de rol cuando Manolo se da cuenta que ahora sí se atrevería a iniciar un diálogo con su jefa de verdad, cosa que hace justo al día siguiente.
Unos meses después, Manolo le cuenta a Ana que la relación con su jefa ha mejorado mucho. Siguen teniendo conflictos de vez en cuando, pero los suelen poder resolver con bastante facilidad, dado que Manolo tiene más soltura con emplear la CNV en diálogo, y sobre todo porque se ha incrementado la confianza mutua entre él y la jefa.
También le comenta a Ana su sorpresa al darse cuenta que ahora tiene menos miedo a los conflictos y que incluso reconoce que tienen una utilidad: que sirven para sacar a la luz cosas que no están funcionando, necesidades que no se están cubriendo satisfactoriamente.
Ana y Manolo, con unas sonrisas enormes pintadas en los rostros, dedican unos momentos a saborear el hecho de que Manolo ha podido, gracias a los juegos de rol, cubrir un montón de necesidades, entre ellas tranquilidad, aprendizaje, confianza, y conexión. Y que Ana ha podido contribuir a ello.
Y luego Ana dice, “Oye, Manolo, tengo una situación con mi hermana que me está resultando muy dolorosa. ¿Te importaría hacer de ella en un juego de rol sanador?”…
¡Colorín, colorado, este cuento se ha acabado!
*Se usa la jirafa como símbolo de una comunicación noviolenta porque tiene el corazón muy grande, una amplia perspectiva, y la capacidad de digerir las espinas de las acacias. Escuchar con “orejas de jirafa” significa escuchar con empatía.
Un poquito de información sobre los juegos de rol sanadores
- Marshall Rosenberg los aprendió, creo, del psicodrama y los adaptó a la CNV; los ofrecía en sus talleres a partir de los años ’70.
- Aquí se puede escuchar un juego de rol sanador ofrecido por Marshall (9 minutos, en inglés).
- En el libro de Marshall Rosenberg, Superar el dolor que hay entre nosotros, hay ejemplos, sugerencias y explicaciones acerca de juegos de rol sanadores.
Juegos de rol sanadores conmigo
- Ofrezco sesiones de acompañamiento, a menudo empleando juegos de rol sanadores. Información aquí.
- Ofrezco un curso online para personas que ya tienen una base sólida en la CNV y que quieran conocer y practicar juegos de rol sanadores con supervisión y feedback, para luego poderlos ofrecer con confianza en sus propios intercambios de empatía, grupos de práctica, talleres, o sesiones de acompañamiento. Información aquí.